Resumen
Las tradiciones filosóficas más conocidas y la psicología moral han asignado a la razón el papel preponderante en la vida moral de las personas, al menos como un ideal que se desea alcanzar para una vida en armonía. En este paradigma, las emociones han jugado un papel secundario, conceptualizadas como algo que se debe dominar, o incluso eliminar y combatir. Hoy en día, y gracias en parte a los avances de las neurociencias, asistimos a un cambio de paradigma, por uno que defiende una integración entre las capacidades racionales y las emocionales para la mejor comprensión de la vida moral en su complejidad. Como ejemplos de esta nueva visión, se presentan los aportes de dos conocidas autoras contemporáneas: Darcia Narváez, desde el campo de la psicología moral, y Martha Nussbaum, desde el campo de la filosofía. Ambas defienden la importancia de las emociones morales para la construcción de la conciencia y la vida ética y para el bienestar subjetivo de las personas. Se presenta primero la perspectiva de Darcia Narváez sobre los componentes de la vida moral y el papel de las emociones en la construcción de la imaginación comunal y la toma de decisiones éticas de un nivel superior. Después se presenta la postura neoestoica de Martha Nussbaum, su ideal del florecimiento humano, el juicio eudaimonista y el papel de las emociones en la complejidad de la vida moral. En las conclusiones se realiza un balance de las coincidencias en la postura de ambas autoras y se valoran sus principales aportes a la mejor comprensión de la vida moral.

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